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Moscas y tábanos

Moscas y tábanos

Moscas y tábanos

Picadura de moscas - Stratiomys longicornis (Scopoli)

Las miasis comprenden todo un grupo de enfermedades que se pueden producir en el hombre, así como en otros (vertebrados o invertebrados), a causa de la parasitación tanto interna como externa por larvas de dípteros.

Este tipo de enfermedades son frecuentes en los trópicos y en países subdesarrollados, donde las condiciones de salud pública son muy deficientes.

En España y en países occidentales, este tipo de patología es de excepcional observación en el hombre, sin embargo, no ocurre así en vertebrados superiores, en los cuales la parasitación por larvas de estos insectos es un hecho frecuente en el campo de la veterinaria. Múltiples especies de dípteros son capaces de producir miasis.

Si usted sufre una exposición, debe llamar al número local de emergencias Instituto Nacional de Toxicología. Teléfono 91 562 04 20 Cuidar la herida. deberá acudir a un centro médico de inmediato.

No habrá que abandonar la cura de la herida hasta que cicatrice.

Dentro de toda las variedad de moscas existentes se encuentra el tábano que produce la miasis en el hombre.

Señales: 

La miasis es la infección de órganos y tejidos por larvas de moscas, la cual produce varios días después, diversas manifestaciones según el sitio afectado, áreas expuestas de la piel y raramente en ojos, oídos y nariz.

  • Enrojecimiento e inflamación.
  • Secreción purulenta fiebre y dolor.
  • Incomodidad y pérdida de la función de la parte afectada.

 

Primeros auxilios

  • Taponar el orificio de la lesión con aceite mineral, glicerina o vaselina para facilitar la extracción de las larvas.
  • Retírelas una vez que se hayan desprendido, con la ayuda de unas pinzas. Si no tiene pinzas utilice guantes o un trozo de plástico para proteger sus dedos. Se recomienda no puncionar o romperlas dentro de la lesión porque se puede producir infección bacteriana.
  • Lave frotando la piel con agua y jabón, para remover los gérmenes que hayan quedado en la herida.
  • No es recomendable que se use calor ni cigarrillo encendido porque lesionan la piel y no garantizan que las larvas se desprendan completamente.
  • Traslade al centro asistencial, si no puede quitarlas, si parte de ellas permanecen en la piel, si se desarrolla una erupción o síntoma de gripa.


 

Llamar al: Número de emergencia del Instituto Nacional de Toxicología Teléfono 91 562 04 20

Llame al Teléfono 91 562 04 20 o a su número local de emergencias si alguien ha sido mordido por una serpiente, araña, insecto o animal. De ser posible, llame a la sala de urgencias con anticipación para que tengan el antídoto listo cuando la persona llegue.

Se trata de un servicio de emergencias gratuito y confidencial en España. Usted debe llamar si tiene cualquier inquietud acerca de las intoxicaciones o la manera de prevenirlas. No tiene que ser necesariamente una emergencia; puede llamar por cualquier razón, las 24 horas del día, los 7 días de la semana.

Esta línea nacional le permitirá hablar con expertos en intoxicaciones, quienes le darán instrucciones adicionales.

Recuerde: Número de emergencia del Instituto Nacional de Toxicología Teléfono 91 562 04 20

ATENCIÓN GENERAL PICADURAS Y MORDEDURAS

Actuación:

  • Siempre que sea posible es importante identificar el ejemplar que ha producido la lesión, para valorar si es venenoso.
  • Tranquilizar a la víctima y acompañantes. Las picaduras tienen tratamiento.
  • Mantener a la víctima en reposo y en una postura cómoda. Evitar movimientos innecesarios.
  • Si es necesario por estados de angustia o nerviosismo inmovilizar la zona afectada en posición funcional.
  • Ante la tumefacción o edema del miembro afecto, elevarlo.
  • Si es posible, lavar la zona con agua y jabón.
  • NO UTILIZAR desinfectantes o antisépticos QUE COLOREEN la zona enmascarándola.
  • A pesar de no existir un tratamiento específico para el loxocelismo cutáneo, se recomienda reposo con aplicación de frío local.
  • Traslado a un centro sanitario.
  • No se debe succionar la herida para intentar extraer el veneno, ya que esta medida no es eficaz y sólo incrementa el riesgo de infección porque se introduce la flora bacteriana bucal en la herida.
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