La presencia de medusas en nuestras costas se convierte en un hecho frecuente, sobretodo en verano. Los temporales de levante las acercan hasta la orilla.
Este fenómeno natural no puede ser detenido, ya que no depende de la voluntad del hombre.
Las medusas no atacan por placer. Presentan unas células urticantes, conteniendo en su interior un veneno.
Cuando una medusa suelta su veneno, es para cazar o para defenderse de algún peligro.
Por norma general, las picaduras de medusas no suelen ser graves, aunque siempre hay excepciones.
Si hay algo que caracteriza a estas picaduras es la molestia y el ardor que presentan.
Los síntomas comunes a las picaduras de medusas sin contar con que el paciente sea alérgico o tenga algún tipo de enfermedad que haga variar estos, son:
Cuando una medusa nos ha picado primero sentiremos dolor y justo después, escozor en la zona que ha contactado con los cnidocistos de la medusa, el dolor y picor es inmediato.
En función de la medusa, pueden producirse unos trastornos que van desde la los mareos hasta pequeñas hemorragias, pasando por dolor de cabeza, náuseas, vómitos y fiebre.
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